El gobierno de los Estados Unidos anunció su rechazo al Pilar 2 del Enfoque Unificado propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), también conocido como el Impuesto Mínimo Global. Este acuerdo fiscal busca evitar la evasión tributaria y la transferencia de ganancias a jurisdicciones de baja imposición, promoviendo una mayor equidad en el sistema fiscal internacional.
Según un memorándum dirigido a altos funcionarios del gobierno, incluyendo al Secretario del Tesoro y al Representante Permanente ante la OCDE, el acuerdo no solo permitiría la jurisdicción extraterritorial sobre ingresos estadounidenses, sino que también limitaría la capacidad del país para diseñar políticas fiscales que favorezcan a sus empresas y trabajadores. Además, el documento advierte que las empresas estadounidenses podrían enfrentar represalias fiscales internacionales si el país no se alinea con las políticas tributarias extranjeras.
En consecuencia, la administración actual ha instruido a sus representantes en la OCDE que notifiquen que cualquier compromiso asumido por administraciones previas con respecto al Impuesto Mínimo Global no tiene efecto en los Estados Unidos sin una aprobación expresa del Congreso.
El gobierno también ha solicitado al Secretario del Tesoro que, en colaboración con el Representante Comercial, investigue si algún país ha implementado políticas fiscales que afecten de manera desproporcionada a las empresas estadounidenses o violen tratados fiscales existentes. En caso de identificar estas prácticas, se presentará una lista de medidas protectoras para salvaguardar la competitividad económica de los Estados Unidos.
Esta decisión refleja un firme compromiso de la administración por preservar la soberanía fiscal del país, aunque podría dificultar los esfuerzos globales de la OCDE para coordinar sistemas tributarios más justos y enfrentar los retos de una economía globalizada y digitalizada.